viernes, 5 de octubre de 2007

Historia de la Virgen de Talpan


HISTORIA DE LA VIRGEN DE TALPA



Sobre las imponentes montañas del noroeste del estado de Jalisco, en el occidente de México cruzado por la gran sierra madre occidental se encuentra el municipio de Talpa de Allende.
La cabecera es el poblado de Talpa situado en medio de un fértil valle rodeado de colinas siempre verde siempre apacible.
Talpa, el pueblo santuario que tiene como centro la basílica de nuestra señora del rosario, que es a lo largo del año punto del destino de grandes romerías que desde tiempos remotos se dan sita en Talpa de Allende.

Peregrinos de la región del occidente de México, del noroeste y asta de los Estados Unidos acuden a posarse a los pies de la milagrosa imagen, muchos de ellos después de recorrer a pie largas distancias a través de los difíciles caminos de esa región montañosa, sacrificios y privaciones que se ven compensados con la alegría que les da su fe al llegar al santuario para dar gracias a la pequeña imagen morena que tantas gracias derrama sobre sus hijos, que por mas de 3 siglos sigue impregnando a Talpa con el deseo de cumplir sus mandas y promesas sus plegarias, cantos y alabanzas.


Los habitantes de Talpa reciben a los peregrinos con los brazos abiertos, su espirito de hospitalidad le a dado a Talpa el titulo de santuario de fe.

Sus viejas construcciones, sus casas de teja roja, sus muros de adobe, sus largos y acogedores portales, sus balcones, el monumento a cristo rey y la imponente basílica con sus altas torres apuntando hacia el cielo azul del valle, así es Talpa, el inolvidable rincón de Jalisco donde se venera uno de las imágenes de María santísima más milagrosas de México: Nuestra señora del rosario mejor conocida como la Virgen de Talpa.


HISTORIA


El origen de la imagen de la virgencita milagrosa, se remonta al siglo 16 en algún pueblo de Michoacán de esos que rodeaba al lago de Páscuaro hecha de material de caña de maíz aunque no se precisa que tallos fueron usados ya que por la renovación es muy difícil saber el nombre de la materia prima.


Ningún documento hace saber el nombre del autor de esta sagrada escultura sin embargo el documento de: “La auténtica” requiere que la imagen procede de manos poco conocedoras de la anatomía humana, de ahí que se crea que el escultor fue un indio Purepecha que supo imprimir en la imagen gracia y delicadeza inspirado tal vez por su amor a la santísima Virgen.


La escultura realizada por el anónimo indígena, apenas media 38 centímetros y gozaba de angelical belleza, por un rostro que brotaba tranquilidad infinita representando a maría santísima.


Asta el pueblo de Santiago de Tlalpa fundado por los conquistadores españoles, luego de descubrir ricos yacimientos minerales, llegó el sacerdote Manuel de san Martín acudiendo al llamado de los colonizadores para que atendiera sus necesidades espirituales y catequizara a los naturales, este sacerdote fue quién a su paso por los los pueblos ribereños del lago de Páscuaro adquirió la pequeña imagen y la llevó asta Tlalpa la escultura representaba a la santísima virgen con el niño en brazos era entonces la clásica advocación de: Santa María de Jesús, nuestra señora de la rosa o del rosario. Instalado el padre san Martin y con la cooperación de los ricos mineros y los naturales, edificó una humilde capilla con paredes de adobe techo de paja y el altar de piedras naturales que es donde se colocó a la pequeña imagen.


Sucedió que los españoles en su afán de explorar la región a principios del siglo 17, descubrieron un nuevo material en los Reyes Postotipac lo cual motivó la emigración tanto de titulares como de naturales dejando casi en total abandono a Tlalpa y sus minas, quedándose solamente aquellos colonos que se dedicaban a la agricultura y ganadería.


Fue así como el padre San Martín también abandonó Tlalpa llevándose con él aquella imagen de la virgen de santa María de la rosa o del rosario.


Los ricos minerales atrajeron a más mineros convirtiendo a los Reyes en un próspero y floreciente lugar lo cual provocó que el sacerdote construyera una nueva y más amplia capilla.


Para el nuevo templo, el padre san Martín encargó una imagen de tamaño natural de la virgen María, misma que fue traída a lomo de mula custodiada por un grupo de hombres colocándola luego en el altar principal, así, la imagen de caña fue cambiada a un altar lateral quedando casi olvidada e inadvertida por los fieles de lugar.


Pero había un indígena llamado Diego Felipe que no se olvidó de ella, y no se sabe como se la llevó a su casa, levanto un altar donde la familia le rezaba.


Según el documento de: -La autentica- se sabe que siendo ya viejo el indio Diego Felipe, recibió un día la visita de su hermano menor que vivía en Tlalpa y temeroso de que la muerte lo sorprendiera decidió regalársela a su hermano diciéndole que le tuviera a la imagen una gran veneración ya que ella lo había salvado de muchos peligros, le había también concedido muchos favores.


Así la imagen retornó a Tlalpa, pasaron los años y ya en la vejez el indígena llamó a su hijo mayor llamado Francisco Miguel y le entregó la imagen para que la llevara a su pueblo que era Talpa ya en la capilla quedó junto al patrón del pueblo que era el apóstol Santiago.


Los encargados de cuidar el arreglo y el aseo del modesto templo, eran los descendientes del indio Diego Felipe entre ellos su nieta María Tenache.


El sacerdote era párroco de Guachinango y solo visitaba Talpa unas veces al año. Así pasaron los años y casi nadie se daba cuenta de que la pequeña imagen se estaba deteriorando por causa de los insectos y la humedad perdiendo su belleza primitiva y por eso la gente le fue perdiendo devoción quedando su rostro y su cuerpo cada día mas maltratados.


En el mes de agosto de 1644 se prepararon las fiestas patronales de la virgen de -la limpia concepción- y del apóstol Santiago, protectores de Talpa celebraciones que llenaban de entusiasmo a los feligreses fue entonces cuando el sacerdote Pedro Rubio Félix dirigió su mirada al altar mayor y en medio de las flores y adornos encontró que algunas imágenes, un crucifijo y la virgen, estaban viejas y destruidas y pasadas las fiestas antes de abandonar el lugar, encomendó que aquellas imágenes fueran envueltas en lienzos y sepultadas con todo respeto en un hoyo que harían en la sacristía de la iglesia.


Cuenta la historia que el indio Francisco Miguel que había trasladado a la imagen de Los Reyes a Talpa, y su hija María Tenache encargada de cuidar los objetos del culto, cumplieron las órdenes del párroco, era el 18 de septiembre de 1644. Solo faltaba el sepelio o inhumación de las imágenes viejas que estaban en el altar del templo y entre ellas estaba la de la virgen hecha de pulpa de caña.


Conforme a las disposiciones del señor cura, se abrió en el piso un hoyo dejando todo listo para que María Tenache sepultara las imágenes.


A las primeras horas del 19 de septiembre, María Tenache, su padre y otras personas se dirigieron a la iglesia. Serían las 10 u 11 de la mañana, cuando María y sus acompañantes llegaron al templo, se dirigió altar, retirando las flores para quitar las imágenes viejas que deberían sepultar.


Tomó unos lienzos para envolver las esculturas primero la imagen de Jesús crucificado


Envolviéndolo con cuidado y colocándolo en el hoyo luego cuando extendió sus brazos para tomar a la virgen del rosario, es ese momento esta se revistió de una luz vivísima y de un resplandor intenso y deslumbrante la santísima señora se revistó de poder como si hubiera sido tocada por el altísimo. María Tenache sintiéndose sin fuerzas por la impresión cayó al suelo desmayada, los demás indígenas sorprendidos le preguntaron que le pasaba, María respondió: “La virgen despedazada estaba echando resplandores”.


Ese día se escucharon en el sagrado recinto, llantos, oraciones, cantos, expresiones de admiración entre los presentes y nadie se atrevió a tocar la bendita imagen y muy pronto, el altar estuvo lleno de flores y las campanas anunciaron el milagro repicando solas.


Después pusieron a los pies dela virgen los dos únicos cabos de vela que encontraron, pensando que lo más oportuno sería informar al padre Pedro Rubio Félix de tan gran suceso y precisamente fue Francisco Miguel el encargado de ir a buscar al padre quien le ordena regresar a Talpa encargándole que tuviera mucho cuidado con la imagen.


El padre Rubio Félix se dirigió a Mascota a solicitar que autoridades civiles; un notario y vecinos principales entre naturales y españoles, lo acompañaran a Talpa a dar testimonio de aquel milagro.


Al llegar al lugar de los hechos después de mirar a la virgen por un largo rato, el notario tomo a la imagen en sus manos para verificar con el tacto lo que sus ojos miraban, tocó la escultura y con gran sorpresa comprobó que era nueva, maciza y pesada, con gran cuidado volvió a ponerla sobre el altar postrándose ante ella para hacer oración. Una vez que terminó, salió del templo reunió a los principales del pueblo y dispuso lo necesario para celebrar aquella tarde, solemnes vísperas y al día siguiente una fiesta de acción de gracias.


Ese día muy de mañana se reunieron todos los fieles para entonar ala virgen santa madre de dios la alabanza ante la primera solemnidad celebrada quiso la virgen obrar un segundo milagro, las velas que habían puesto los naturales no se habían gastado ni consumido aunque ya habían pasado 3 días.


Así fue como desde el 22 de septiembre la imagen renovada fue puesta en el altar principal de aquella iglesia tomando así el lugar de la limpia concepción de María y del apóstol Santiago cabe señala que en ese entonces no se pensaba que la virgen del rosario fuera la patrona del pueblo esto fue obra de los años y de las generaciones posteriores.


Durante su estancia en talpa, el Padre Rubio Félix celebraba diariamente el santo sacrificio a los pies de la imagen renovada encendiendo cada vez aquellos cabos de vela.


El documento conocido como: La auténtica donde quedaron escritos los relatos y testimonios de los que vivieron de cerca el milagro mismos que fueron debidamente notariados, se encuentran en una tabla que se encuentra en la sacristía de la iglesia de talpa para perpetuar los hechos ocurridos y que no fueran alterados por la fantasía o imaginación humana, este documento después de varia copias quedó destruido por los avatares del tiempo.


A pesar de que ya han pasado muchos años, La Virgen de Talpa no pierde su popularidad y cada vez aumenta más el número de creyentes que llegan de todas partes incluyendo la unión americana.

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